Una de las palabras más intimidantes es literatura. Desde siempre, se nos hace creer que lo literario está circunscrito a unos pocos tocados por la divinidad. Desde la escuela, nos enseñan a estudiar y venerar autores de bronce, con obras de bronce, posicionándolos en alturas inalcanzables en un Olimpo imposible de nuesto subconsciente. El paraíso está reservado para una élita cerradísima, y los demás tenemos que pararnos afuera de ese muro infranqueable que nos separa de los dioses.
Pues, no hay nada más falso ni tan engañoso. Leer Más